
Además, Pastor se enfrentará a un acuciante problema comunitario: los malos olores provenientes de la pescadería de Antonio Recio suscitan las airadas quejas de los vecinos. Mientras el mayorista de pescado congelado se niega a permitir que los operarios arreglen el fallo detectado en el conducto de ventilación, Enrique intenta tranquilizar a Judith asegurándole que la falta de clientela propiciará el cierre del negocio en breve. Sin embargo, una situación inesperada convertirá a la Pescadería Recio en la más famosa del barrio incrementando rápidamente la clientela, por lo que la cúpula directiva del edificio se verá obligada a tomar medidas drásticas.
A punto de cumplir cuarenta años, la “Cuqui” entra en crisis y decide organizar una fiesta para animarse ignorando que Justi, su suegra, ha planeado una velada sorpresa junto a Amador y ha entregado a su hijo una importante suma de dinero para que compre un regalo a la homenajeada. Una vez más, la fortuna se muestra esquiva con Amador y éste pierde el efectivo, situación que amenaza con arruinar el cumpleaños de Maite.
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