Enrique Pastor continúa en paradero desconocido, mientras Antonio intenta justificar la ausencia de Berta del hogar conyugal ante los vecinos. Determinado a no pasar la Nochevieja solo, el presidente del complejo residencial organiza una junta extraordinaria para llevar a cabo varias actividades colectivas en la noche de fin de año. Tras el fracaso de su iniciativa, el mayorista de pescado congelado ofrece a los propietarios asistentes una remesa de marisco, pero nadie se la compra.
Entretanto, Enrique regresa a su casa después de que la policía ponga fin a su secuestro. La indiferencia e indignación con la que le reciben los vecinos por haber entregado el dinero del moroso a la policía, el caos que reina en su hogar y el descubrimiento de que su hijo Fran se ha hecho gótico, llevan a la desesperación al concejal de Juventud y Tiempo Libre del Ayuntamiento acentuando su cuadro de estrés post-traumático.
Cuando Antonio descubre que Pastor se encuentra en el inmueble, va en su busca y le propone pasar juntos la Nochevieja, invitación que él declina. Mientras tanto, Berta, que vive junto a Coque en una cabaña en los montes gallegos, se siente profundamente culpable por haber abandonado a su marido y decide dejar a su amante para reencontrarse con su esposo.
Judith organiza una fiesta de fin de año a la que invita a sus amigas, así como a sus "cuentas pendientes", los chicos que le gustaron y con los que no logró iniciar un romance por distintos motivos. Alegando compromisos familiares, Lola lamenta no poder ir pero su madre irrumpe posteriormente en la velada, donde ingiere alcohol en exceso y acaba hundiendo el plan de las chicas.
Tras ofrecerse a preparar el menú navideño, Javi y Vicente queman el pavo con el que iban a sorprender a su familia en Nochevieja. Como medida de emergencia, deciden ir a casa de Antonio a comprar marisco, donde coinciden con Amador, que desea impresionar a su suegro con el exquisito manjar. El presidente de la comunidad se niega a venderles el género y ellos llevan a cabo una controvertida acción: robar las llaves del camión frigorífico de su vecino para hacerse con el preciado marisco.
Entretanto, Enrique regresa a su casa después de que la policía ponga fin a su secuestro. La indiferencia e indignación con la que le reciben los vecinos por haber entregado el dinero del moroso a la policía, el caos que reina en su hogar y el descubrimiento de que su hijo Fran se ha hecho gótico, llevan a la desesperación al concejal de Juventud y Tiempo Libre del Ayuntamiento acentuando su cuadro de estrés post-traumático.
Cuando Antonio descubre que Pastor se encuentra en el inmueble, va en su busca y le propone pasar juntos la Nochevieja, invitación que él declina. Mientras tanto, Berta, que vive junto a Coque en una cabaña en los montes gallegos, se siente profundamente culpable por haber abandonado a su marido y decide dejar a su amante para reencontrarse con su esposo.
Judith organiza una fiesta de fin de año a la que invita a sus amigas, así como a sus "cuentas pendientes", los chicos que le gustaron y con los que no logró iniciar un romance por distintos motivos. Alegando compromisos familiares, Lola lamenta no poder ir pero su madre irrumpe posteriormente en la velada, donde ingiere alcohol en exceso y acaba hundiendo el plan de las chicas.
Tras ofrecerse a preparar el menú navideño, Javi y Vicente queman el pavo con el que iban a sorprender a su familia en Nochevieja. Como medida de emergencia, deciden ir a casa de Antonio a comprar marisco, donde coinciden con Amador, que desea impresionar a su suegro con el exquisito manjar. El presidente de la comunidad se niega a venderles el género y ellos llevan a cabo una controvertida acción: robar las llaves del camión frigorífico de su vecino para hacerse con el preciado marisco.
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